Ahorra pasándote a las bombillas de bajo consumo
La bombilla incandescente deja paso a otros modos de iluminación que permiten importantes ahorros en la factura eléctrica
Más de 130 años después de su invención, por Thomas Edison, la bombilla incandescente tradicional ha dejado de fabricarse y también de venderse en toda la Unión Europea, cumpliendo así con dos objetivos primordiales: reducir el consumo energético y evitar los residuos generados por estos dispositivos.
Al respecto, la Directiva marco sobre diseño ecológico 2009/125/CE estableció un calendario para su retirada gradual del mercado, cuya aplicación comenzó en septiembre de 2009 con la eliminación de las bombillas de 100 vatios y continuó con las bombillas de 75 vatios en 2010, 60 vatios en 2011 y 40 y 25 vatios en 2012.
No obstante, siempre hay luz después de un apagón y, en la actualidad, los consumidores europeos tienen a su disposición una amplia oferta de bombillas. Entre las alternativas más duraderas y eficientes, se encuentran las bombillas incandescentes mejoradas (halógenas), las lámparas fluorescentes compactas y las LED (o diodos emisores de luz).
Bombillas incandescentes mejoradas de clase C (rellenas de gas xenón)
Las bombillas halógenas de xenón consumen entre un 20 y un 25 % menos de energía para el mismo flujo luminoso que las mejores bombillas incandescentes tradicionales, pero en condiciones normales de uso duran el doble.
Bombillas incandescentes mejoradas de clase B
La aplicación de un revestimiento infrarrojo en las paredes de la cápsula permite una mejora de la eficiencia energética superior al 45 % en comparación con las bombillas incandescentes tradicionales. Sin embargo, estas bombillas son de bajo voltaje y se necesita un transformador para conectarlas a la corriente. Tienen una vida útil de 3.000 horas, tres veces más que las convencionales.
Lámparas fluorescentes compactas
A menudo las bombillas fluorescentes compactas se identifican con las bombillas de bajo consumo, a pesar de que sólo son uno de los tipos existentes. Destacan porque su vida útil es larga (pueden durar entre 6.000 y 15.000 horas, en función del tipo y uso; las tradicionales sólo suelen durar unas 1.000 horas) y por su alta eficiencia (necesitan entre un 65 y un 80 % menos de energía que las bombillas incandescentes tradicionales para producir la misma cantidad de luz). Además, ofrecen una mayor variedad de temperaturas de color (luz fría o cálida).
Bombillas LED
Los LED (o diodos emisores de luz) son una tecnología en rápida expansión y cada vez es más frecuente su uso en la iluminación doméstica, puesto que consumen un 80 % menos de energía que las bombillas incandescentes tradicionales y, como consecuencia, su duración es mayor. No contienen mercurio.
Gracias al menor consumo de electricidad de las bombillas alternativas, un hogar medio puede llegar a ahorrar hasta un 15 % en el recibo de la luz. El ahorro neto sería de 25 a 50 euros al año, dependiendo del tamaño de la familia y del tipo y número de bombillas que utilice. Además, tienen otro efecto fundamental: dejaremos de emitir hasta 15 de millones de toneladas de CO2 al año.