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Jubilación   7 Ene 2019

Cómo se ahorra en otros países: Estados Unidos

Autor

Instituto BBVA de PENSIONES

Los países europeos gozan de sistemas públicos de previsión que, con mayor o menor peso, contribuyen a cubrir los ingresos de sus ciudadanos tras la jubilación. En Estados Unidos, el peso del ahorro para la jubilación recae en el sector privado. Veamos con qué instrumentos cuentan

Europa es una de las regiones donde la protección social está más desarrollada. Los ciudadanos están cubiertos bajo un amplio paraguas de cobertura pública, con prestaciones básicas que son no contributivas y otro tipo de prestaciones que son contributivas y que se financian mediante impuestos y cotizaciones.

El sistema de protección en Europa

El ahorro para la jubilación en Europa está enmarcado en un sistema público de protección, donde se cotiza durante toda la vida laboral y, en función de lo cotizado durante ese periodo y de otras variables, el individuo disfrutará durante su jubilación de una pensión de mayor o menor cuantía.

No obstante, como hemos desgranado en otras ocasiones, los sistemas públicos de pensiones se enfrentan a importantes retos, con poblaciones en fase de envejecimiento debido a la caída de la natalidad y al aumento de la esperanza de vida, que generan tensiones en el equilibrio de los sistemas de Seguridad Social. Por ello, es fundamental promover el ahorro privado para la jubilación, para complementar el público y disfrutar de una jubilación en línea con nuestras necesidades y expectativas.

¿Cómo es el sistema estadounidense?

El modelo americano está basado en el concepto muy arraigado allí de que “la mejor ayuda procede de uno mismo”. Ofrece servicios básicos muy limitados y traslada al sector privado y a la iniciativa del propio individuo la cobertura de los servicios como sanidad, pensiones y otras contingencias.

El ahorro para la jubilación no es una excepción. Lo que hace el estado es cubrir solamente los supuestos de necesidad, y el resto corresponde a la iniciativa privada (bien por las empresas, bien por las aportaciones individuales a sistemas de pensiones). Es, por tanto, un enfoque individual y voluntario, ya que salvo determinados colectivos como funcionarios, no es realista pensar en un retiro basado exclusivamente en pensión pública.

Históricamente, Estados Unidos ha sido un país donde la fuerte cultura del ahorro privado y la planificación de la jubilación, unido a la reducida pensión pública, garantizaba un retiro generalmente bastante desahogado. Sin embargo, este contexto ha cambiado de forma importante en los últimos años.

Los jóvenes, históricamente acostumbrados a ahorrar para la jubilación desde el mismo momento de su incorporación al mercado laboral, vienen cargando recientemente con un lastre importante: el de la deuda que contraen para financiar sus estudios universitarios, en un momento donde el mercado laboral no ofrece tantas posibilidades para incorporarse al mismo y amortizar el préstamo.

Actualmente, la deuda universitaria en Estados Unidos se acerca al billón de dólares, con una media aproximada por persona de 28.000 dólares. Por tanto, un americano al inicio de su carrera profesional debe hacer frente a una importante deuda, para posteriormente abordar una vivienda y la creación de una familia.Este nuevo contexto es sin duda un riesgo en un país donde la protección pública es muy escasa y se traspasa la responsabilidad a la iniciativa individual.

¿Cómo ahorran los estadounidenses para la jubilación?

El sistema 401(k)

El 401(k) es un plan de pensiones esponsorizado por el empleador, donde el trabajador invierte una parte de su salario y en que la factura impositiva llega cuando el individuo retire los fondos. Este sistema convierte en la mayor parte de los ciudadanos en inversores.

Para gestionar estas carteras de inversión, el empleador suele contratar a una reputada compañía especialista en inversiones para determinar dónde y cómo se invierte dicha suma mensual para optimizar ese ahorro. El individuo tiene en todo momento control sobre su ahorro y recibe informes sobre la evolución de sus inversiones.

Lo más atractivo de este sistema, a diferencia de un plan de pensiones privado, es que el individuo puede igualar las aportaciones que su empresa hace por él, quedando esas aportaciones exentas de tributación hasta la retirada de los fondos. Los requisitos varían entre las distintas compañías y las contribuciones tienen un tope de cara a la hacienda estadounidense: 17.500 dólares para la contribución del empleador y 5.500 dólares para la aportación extra del individuo.

Sistema IRA

Si una empresa no ofrece un 401(k), los individuos tienen la opción de crear un IRA. Se trata de un sistema privado creado en 1979 y que permite invertir un máximo de 5.500 dólares a individuos hasta 50 años y 6.500 dólares a individuos mayores de 50 sin efecto fiscal. La condición es que esta inversión sólo puede proceder de sus ingresos anuales.

El ciudadano puede utilizar ambos vehículos (401(k) e IRA) para ahorrar para su jubilación.

Según algunos estudios, se recomienda a los ciudadanos estadounidenses haber invertido, al menos, ocho veces el salario anual para garantizarse una jubilación digna. Planificado en etapas, sería haber ahorrado un salario anual a los 35 años, tres veces el salario anual a los 45 y cinco veces el salario anual en el entorno de los 55. Esta es una aproximación para ver si un individuo está en el camino correcto hacia su jubilación.

Como vemos, el modelo estadounidense queda muy sujeto a la voluntad privada de ahorro de cada individuo, en contraposición a un modelo europeo, apoyado en pensiones públicas pero cada vez más acompañado de pensiones privadas que lo complementan.

El viejo continente está envuelto en reformas para garantizar la sostenibilidad de las pensiones públicas. Será importante mantener un cierto peso de la pensión pública como mecanismo de solidaridad y para evitar que pasemos del riesgo de quiebra en la pensión pública al riesgo de mercado de un modelo eminentemente privado.

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