Conclusiones del wébinar “Presente y futuro de las pensiones”. Hacia una Pensión Pública sostenible complementada con previsión social empresarial y ahorro
José Antonio Herce , presidente del Foro de Expertos del Instituto BBVA de las Pensiones, Oscar Arce, Director General de Economía y Estadística del Banco de España, y Javier Díaz-Giménez, profesor de economía de IESE, analizaron la situación de nuestro sistema de pensiones y realizaron propuestas para mejorar su sostenibilidad, manteniendo su generosidad.
El evento organizado por BBVA Mi jubilación, IESE y Expansión, y moderado por Salvador Arancibia de Expansión, contó con la apertura de José Ballester, Director Territorial de Cataluña de BBVA, quien remarcó el compromiso de BBVA para “contribuir al crecimiento económico de nuestra sociedad, generando los mayores impactos posibles en la vida de las personas, a través de valores compartidos en materia de sostenibilidad, negocio sostenible y educación financiera”.
Para ello, existen iniciativas como el Instituto BBVA de las Pensiones, a través de su Foro de Expertos y el portal BBVA Mi Jubilación, de divulgación sobre Seguridad Social y Previsión Social.
José Ballester abrió el diagnóstico sobre la situación de las Pensiones destacando tres factores:
- Evolución demográfica: cada día que pasa, añadimos 5 horas a nuestra esperanza de vida. Ello incide en la viabilidad del Sistema de Pensiones.
- Coyuntura actual: mayor desempleo y empleo de menos calidad suponen menores cotizaciones al sistema.
- Bajo conocimiento en la ciudadanía en materia de previsión social y concienciación en el ahorro.
Intervenciones
Óscar Arce
Óscar Arce mencionó las cinco características que le gustaría tuviera el sistema público de pensiones una vez se culmine la última ronda de trabajos del pacto de Toledo:
- Disipar cualquier duda sobre la viabilidad social y financiera: pensiones adecuadas y suficientes, y correctamente financiadas a corto, medio y medio y largo plazo. Implicará una decisión previa sobre el grado de generosidad del sistema. Tras esa decisión, establecer el plan económico financiero para sostenerlo.
- Mantener el carácter contributivo del sistema: que haya una relación adecuada entre lo que aportan y reciben los participantes en el mismo.
- Comunicación transparente que permita a los ciudadanos la toma de decisiones sobre el ahorro, consumo y prolongación del trabajo.
- Decidir cómo se reparten las cargas y prestaciones del sistema: las cotas de equidad intergeneracional.
- Enfoque general: La reforma del sistema de Pensiones debe formar parte de reformas estructurales que permitan el crecimiento de nuestra economía en su conjunto. El sistema de pensiones es un elemento fundamental del sistema económico que liga con otros elementos del mismo como, por ejemplo, el mercado de trabajo.
Javier Díaz-Giménez
Según Javier Díaz-Giménez el pacto generacional ha quedado anticuado: “lo ha destruido la demografía”. Hay que cambiarlo por otro pacto más equitativo: que sea contributivo y creíble para la ciudadanía.
El nuevo pacto deberá preservar el reparto y los derechos adquiridos, es decir no empeorar los derechos de los pensionistas actuales. Debería avanzarse hacía un sistema mixto, principalmente público de reparto, pero con elementos de capitalización. Estas serían sus características:
- universal: el Régimen General de la Seguridad Social tiene que ser el único y universal para todos los trabajadores.
- Contributivo, solidario, sostenible y técnicamente creíble
Díaz-Giménez aboga por pensión básica de reparto universal y obligatoria y después que cada uno lo complemente como quiera a través de ahorro capitalización.
Si bien técnicamente sería fácil hacer esta reforma políticamente va a ser muy difícil: “la sociedad española está capturada por los mayores de 50 años”.
Finalmente, mencionó que la reforma de las pensiones no se entendería sin una reforma integral del mercado laboral y del sistema educativo que debería hacerse con consenso.
José Antonio Herce
Diagnosticó que “el futuro de las pensiones no es bueno, pero las pensiones del futuro no van a ser malas”.
Según Herce, con las expectativas actuales de esperanza de vida futura, si no adaptamos la edad de jubilación a la esperanza de vida tendremos déficit entre cotizaciones y gastos (prestaciones) del sistema de pensiones. Para las pensiones del futuro habría que vincular la edad de jubilación a la esperanza de vida y cambiar las fórmulas de cálculo de las pensiones de jubilación (y del resto de pensiones). “Deberíamos jubilarnos más mayores para poder cobrar mayores pensiones.”
Las fórmulas actuales con las que calcular y actualizar las pensiones juegan a favor de los trabajadores, pero en contra del sistema. Herce suscribió también la propuesta de Díaz-Gimenez de universalización y que las fórmulas de cálculo se apliquen uniformemente.
El mercado de trabajo no funciona bien y sistema de pensiones arregla muchos de los desajustes del mismo (subvencionando con prestaciones a personas que podrían o deberían estar todavía en el mercado de trabajo) pero no puede arreglarlo todo.
Turno de preguntas
1. Sobre el incremento de la edad de Jubilación, ¿aumentar las cotizaciones supondría pensiones más sostenibles?
Según a Díaz-Giménez la edad de jubilación debería ser voluntaria, a partir de una edad mínima determinada, y compatible con cualquier tipo de rentas de trabajo. Cada trabajador debería poder elegir en qué momento quiere jubilarse. Esto es fácil de conseguir, haciéndolo además sostenible y facilitando la (y, a través de un sistema de cuentas nacionales.
Según Oscar Arce, “sí que tiene sentido alargar la vida laboral si uno espera vivir más”. Existen diferentes palancas o medidas para “calibrar” la sostenibilidad del sistema. La vinculación de la edad de jubilación al incremento de la esperanza de vida es una de ellas. En Dinamarca, Suecia, Italia y Portugal se ha establecido esta vinculación. Retrasar la edad de jubilación supondría una reducción de costes del 1 % del PIB por cada año de retraso.
Según Arce la sostenibilidad del sistema se puede calibrar también con otros elementos que actúan sobre la situación macroeconómica del país. La calibración ha de ser automática: si algo cambia los recursos del sistema deben cambiar.
Hasta donde deba llegar la calibración dependerá de si se optase por una sola o varias medidas alternativas.
2. ¿Se debe tener en cuenta toda la vida laboral para calcular la pensión de jubilación?
Según JA Herce opina que si en todos los casos.
Según Díaz-Giménez, lo que debe hacerse es vincular a la edad de jubilación el nivel de generosidad de la pensión: “tu pensión dependería del momento en que te jubilas, y debería ser el cociente entre todo lo que has cotizado y tu esperanza de vida estimada”.
3. Opinión sobre que, el importe de pensiones recibidas sea muy superior al conjunto de cotizaciones durante la vida activa: de media 1,74 euros recibidos por cada euro cotizado.
Según Díaz-Gimenez esa afirmación no es cierta en todos los casos: “La tasa interna de retorno depende en gran medida de cómo haya sido la carrera profesional durante los últimos años y de si se han tenido lagunas de cotización”. Es muy progresivo (y favorable) con carreras cortas y cotizaciones bajas.
Según JA Herce por cada euro cotizado la mejor pensión es la mínima y la peor es la máxima. “Si las cotizaciones están sustentadas en una población que no crece no se puede pagar 1,74 euros por cada euro que cotiza”. El 80 % de la tasa de sustitución de la pensión pública que tiene España no lo tiene casi ningún país. Por ejemplo, en Holanda el 70 % de la pensión total que recibe un ciudadano vienen del sistema de pensiones de empresa. Solo el 30 % viene del sistema público de reparto.
Según Arce el retorno medio que un “trabajador prototipo” puede esperar de esas cotizaciones al sistema español de pensiones es de 3,5% anual, porcentaje actualmente por encima de la capacidad de crecimiento de la economía española. Desde el 2008 hay déficit del sistema por el importante incremento de gastos debido a los siguientes factores:
- El factor demográfico: la tasa de dependencia (porcentaje de jubilados sobre trabajadores activos) está creciendo
- El jubilado medio nuevo entra al sistema con unos derechos de pensión superiores a la media.
Los gastos van a subir según se vayan incorporando a jubilación los miembros de la generación del Baby Boom. Problema, que como indica Diaz Jimenez, desaparecerá en 2060 cuando la generación del baby boom haya desaparecido.
4. ¿Importación de un sistema un sistema de pensiones privado como por ejemplo los de Latinoamérica?
Según José Antonio Herce esos sistemas no son el modelo a seguir. En cambio, paises como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y Holanda tienen sistemas de empleo de capitalización muy relevantes y con sistemas de autoenrolment (inscripción automática por defecto). “El mejor sistema es un sistema público de reparto cumplimentado con una parte de capitalización”.
El profesor Díaz opinó en el mismo sentido: “vamos a un sistema europeo donde tendremos planes de pensiones de empleo. La pensión de reparto se complementará con los planes de empleo, quizás administrados desde el sector público para conseguir economías de escala y costes más bajos”.
Arce también opina que el sistema de pensión pública seguirá siendo la principal fuente de ingresos durante jubilación, aunque “la industria financiera tiene la oportunidad y la responsabilidad de desarrollar productos financieros adecuados complementarios para los mayores”.
5. ¿Ligar la edad de jubilación a la esperanza de vida puede provocar que haya un mercado de trabajo con un número excesivo de trabajadores que no encuentren salida?
La respuesta unánime de los tres expertos es que NO.
Según Herce retrasar la edad de jubilación no supondrá ningún problema para el empleo. “La cadena de causalidad sería educación-empleo-pensiones”. Tenemos uno de los mercados de trabajo más precarios. El salario medio de los menores de 40 años es ya menor que la pensión de jubilación y el desempleo juvenil es altísimo. Hay que mirar hacia la educación, cuya baja calidad es un gran problema (“coma educativo”): genera menos y peores empleos y por lo tanto dificultades en la financiación de las pensiones.
Arce, insistió en que es una falacia la creencia de que una economía pueda generar solo un número determinado y dado de puestos de trabajo.