¿Conoces el Internet de las Cosas?
El internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés) es un concepto que se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos con internet
La tecnología del futuro tiene un nombre y se llama Internet de las Cosas. Un término que lleva tiempo sonando con fuerza y que nadie puede parar. Se usa para definir la interconexión digital de objetos cotidianos con Internet porque, pese a quien le pese, la integración de la tecnología en nuestra vida es una realidad.
La interconexión de los dispositivos permitirá que, gracias a una aplicación en un teléfono móvil o una tableta con conexión a Internet, podamos subir y bajar las persianas, programar la lavadora o el lavavajillas.
Según los analistas, a finales de 2017 tendremos más de 8.400 millones de cosas conectadas a Internet, desde tostadoras y hervidores de agua a coches y equipos hospitalarios. Y esta cifra crecerá aún más para 2020, cuando serán más de 50.000 millones los dispositivos conectados.
La importancia del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés, Internet of Things) se basa, sobre todo, en que permite ahorrar tiempo y dinero y automatiza y simplifica los procesos. Así, por ejemplo, en un futuro próximo, podremos ahorrar en luz y calefacción.
Actualmente, existen empresas que diseñan, fabrican y comercializan ya dispositivos inteligentes que se adaptan a los hábitos de consumo de la gente. Por ejemplo, un termostato dotado de sensores, algoritmos y conexión wifi, que puede ser controlado desde cualquier dispositivo móvil (smartphone o tablet) y permite saber si hay alguien en casa o en la oficina; si detecta que no hay nadie puede bajar la temperatura o apagar la calefacción.
De esta forma, la posibilidad de tener un hogar inteligente (smarthome) está más cerca que nunca. Internet de las Cosas permite el control de objetos cotidianos (persianas, electrodomésticos, luces) que se usan en el hogar utilizando simplemente un smartphone o una tablet previamente conectados a Internet y sin tener que estar en casa.
Algunas de las últimas novedades son, por ejemplo, sensores de sueño, tiras de luz personalizables, control móvil de presencia remota o aplicaciones que alertan de fuego o inundaciones en el hogar.
Aunque el hogar es la principal aplicación que disfrutaremos, el objetivo del Internet de las Cosas es llegar a más sitios. Ejemplos de esta nueva realidad son: boyas colocadas en alta mar cuyos sensores miden la altura de las olas en tiempo real y alertan de posibles tsunamis; los sensores colocados en un molino que redirigen el cabezal automáticamente según la dirección del viento; vehículos que son capaces de conducir solos y que van escaneando cuanto encuentran a su paso, etc.