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El Bundesbank alemán reabre el debate sobre el retraso de la edad de jubilación

Autor

Instituto BBVA de PENSIONES

Apuesta por un retraso paulatino hasta alcanzar los 69,3 años ligado a la esperanza de vida, como ocurre en países como Holanda, Dinamarca o Finlandia.

Alemania y España comparten, al igual que la mayoría de países con sistemas públicos de reparto en materia de pensiones, el reto de cómo hacer sostenible su sistema de pensiones con una población cada vez más envejecida y un incremento paulatino de la esperanza de vida.

Para afrontar este reto, el banco central alemán (Bundesbank) recomienda en su último informe retrasar la edad de jubilación hasta los 69,3 años. Este incremento se produciría de manera paulatina a partir de 2032 y estaría ligado a la esperanza de vida como ocurre en países como Holanda, Dinamarca o Finlandia. En caso de que la esperanza de vida evolucione de manera distinta a lo esperado, el sistema podría introducir las correcciones pertinentes.

La última reforma del sistema de pensiones germano se produjo en 2007 y decretaba, entre otras medidas, un aumento progresivo de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años que se empezó a aplicar en 2012 y será efectiva en 2031.

El informe recuerda también el compromiso del Gobierno Federal alemán de reformar su sistema de pensiones en la próxima década, para lo que ya trabaja una comisión de expertos que debe presentar un primer documento con propuestas en marzo de 2020.

La jubilación en Alemania

Como hemos mencionado con anterioridad, España y Alemania se basan sistemas públicos de reparto en los que las cotizaciones sociales de los trabajadores en activo se destinan a pagar las prestaciones de jubilación. No obstante, en el caso alemán, el bajo importe de las pensiones públicas obligó a virar hacia una fórmula mixta que complementa la pensión pública con planes de ahorro tanto de empresa como privados, incentivados y subvencionados por el Estado.

En el caso de los planes privados, se trata fundamentalmente de dos: Riester Pensions y Rupup Rente.

En el primer caso, el Gobierno alemán contribuye con aportaciones a los planes de ahorro contratados por los trabajadores cada vez que ellos invierten en este plan. Unas aportaciones que son mayores para personas con hijos a cargo y que se transforman en incentivos fiscales para el caso de rentas altas. En la actualidad, se calcula que más del 40% de los trabajadores por cuenta ajena cuentan con planes de este tipo en Alemania y que su volumen supera con creces los 16 millones de Riester Pensions contratados.

Los planes Rurup están pensados para los trabajadores por cuenta propia que obtienen deducciones fiscales crecientes en función de las aportaciones que hacen al plan.

Este sistema se complementa en algunos casos con distintas modalidades de planes de pensiones a cargo de las empresas que van, desde el compromiso de abonar una futura pensión al trabajador, a la contratación de un fondo con una entidad independiente o un seguro directo para el empleado.

Este sistema sigue la línea de las recomendaciones de la OCDE que aboga por planes mixtos y por mejorar el diseño de incentivos financieros para ahorrar para la jubilación con regulaciones fiscales claras, estables y congruentes en todos los planes de ahorro para el retiro.

Además, con el objetivo de facilitar la toma de decisiones de ahorro que permitan afrontar la jubilación en las mejores condiciones, el Ejecutivo alemán remite anualmente a los mayores de 27 años información actualizada sobre la base de los periodos computados y un cálculo aproximado de la pensión prevista cuando se alcance la edad de jubilación. A partir de los 55 años, se recibe cada tres años un informe más detallado sobre la cuenta personal de pensiones.

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