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Jubilación   7 Ene 2019

El futuro de las pensiones: ¿Obligar al ahorro para la jubilación?

Autor

Instituto BBVA de PENSIONES

Hay reformas en marcha para garantizar la salud de las pensiones. Pero son necesarios esfuerzos adicionales a nivel individual

España y los países de su entorno se encuentran inmersos en procesos de calado para garantizar la suficiencia y la sostenibilidad de sus sistemas de pensiones a largo plazo.

Vamos a vivir más años, y por tanto vamos a ser jubilados y perceptores de una pensión de jubilación durante más tiempo, a la vez que cada vez se producen menos nacimientos y, por lo tanto, menos futuros trabajadores que contribuyan al sistema. Esto es todo un reto en el que es necesario poner todos los esfuerzos.

¿Cuáles son las medidas que se están adoptando?

La medida fundamental que se está adoptando de manera generalizada es la prolongación de la vida laboral. Vivimos más años y por lo tanto parece lógico hasta cierto punto que nuestra vida laboral se pueda ver prolongada. En España la jubilación quedará establecida en 2027 en 67 años, salvo para aquellos que acrediten una carrera de cotización completa (establecida en 38 años y 6 meses), que podrán jubilarse sin penalización con 65 años.

Otras medidas, también compartidas por países de nuestro entorno, son: reformular el cálculo de la pensión (en España está aumentando gradualmente el periodo de años tomado para el cálculo de la pensión desde 15 años hasta 25 años), restringir las jubilaciones anticipadas, o incluir parámetros no contemplados anteriormente en el cálculo de la pensión, como son la esperanza de vida o la “salud” de las cuentas públicas.

¿Hacia dónde vamos?

Estas medidas están orientadas a la sostenibilidad de un sistema de pensiones en países con una larga tradición e importancia del estado de bienestar, como son España y los países de su entorno.

Contaremos por tanto con sistemas públicos para la cobertura de las necesidades sociales, especialmente en materia de pensiones. Pero, ¿garantizarán el mismo nivel de ingresos? Probablemente, y tomando como referencia el caso de países más avanzados en sus reformas, no.

Volviendo al caso de España: Actualmente, el nivel de cobertura, en media, de una pensión respecto al último salario percibido antes de la jubilación, ronda el nivel del 75%. Es decir, un trabajador con un sueldo previo a la jubilación de 1.000 euros cobraría una pensión de 750 euros.

¿Y dentro de unas décadas? Debemos contar con que dentro de unas décadas, este nivel de cobertura (también conocido como tasa de sustitución) sea sensiblemente menor, entre otras cosas porque se cobrará pensión durante más años ya que, recordemos la buena noticia, viviremos más años.

¿Qué debemos hacer?

Parece que, si ya es importante en el presente, cobrará para próximas generaciones una importancia máxima la necesidad de ahorrar complementariamente para la jubilación. Va a ser necesario un cierto aporte individual para complementar las pensiones públicas, que será mayor cuanto más elevada sea la expectativa de gasto en nuestra jubilación.

Uno de los principales problemas a este respecto es, por un lado, la poca conciencia que hay sobre nuestro fututo retiro. Tendemos a pensar, acertadamente, que estamos contribuyendo a un sistema público de pensiones que nos sostendrá llegada nuestra jubilación. Pero obviamos la cobertura que nos puede dar sobre esas futuras necesidades.

Por otro lado, la hasta cierto punto lógica tendencia a anteponer el presente al futuro en términos de ahorro y gasto. Cuesta ver el retorno al sacrificio del ahorro y se suele ver el futuro lejano.

Soluciones

Parece necesario ir un paso más allá cuando se tiende a unas pensiones públicas que disminuyen su tasa de cobertura y paralelamente se constata que no se ahorra lo suficiente para complementar las mismas.

¿Podría llegarse a la necesidad de obligar a ahorrar para la jubilación? Los expertos apuntan a que una medida de ese tipo podría solucionar la tendencia a “dejar el ahorro para más adelante”, lo cual termina en un alto número de ocasiones en incumplimiento de las necesidades financieras. Pero por otro lado parece una medida de difícil aceptación, pese a lo necesario del ahorro, por lo que respecta al conflicto con las libertades individuales.

Sin embargo, hay otras medidas con otro enfoque que sí están funcionando bien en otros países y en las que quizá valga la pena poner el foco: sistemas cuasi-obligatorios (como en Australia, Dinamarca o Países Bajos) están consiguiendo en algunos países que los trabajadores ahorren más. También los sistemas de “auto-enrolment” o de adhesión automática, por ejemplo el de Reino Unido, por el cual los empresarios están obligados a incluir al trabajador en un plan de pensiones ocupacional en el momento en que éste se incorpora a la disciplina de la empresa y realizar aportaciones como retribución al mismo.

De un modo o de otro es necesario incrementar por la vía del conocimiento, la formación y la concienciación la responsabilidad individual sobre nuestra futura jubilación y la acción y toma de decisiones para evitar situaciones de insuficiencia o frustración al llegar a esta etapa tan especial de la vida. 

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