Envejecer en Casa
El envejecimiento suele venir acompañado de una disminución de la salud, tanto mental como física, aunque no siempre vinculadas, que incide en una pérdida de la independencia y la autonomía plena. Sin embargo, esto no significa que sea la hora de hacer la (no deseada) mudanza hacia a un centro de día o a una residencia de ancianos. ¡Estamos a tiempo!
Seguro que tú también eres de los que en alguna ocasión has dicho: “de mi casa no me muevo”, pues bien tenemos buenas noticias para todos, porque se estima que el 90% de la población opina lo mismo que tú, apostarían por esta opción si la salud, la autonomía o la economía se lo permitieran.
Por desgracia con demasiada frecuencia, esta difícil decisión se toma bruscamente después de una pérdida repentina o una crisis de salud, lo que hace que los ajustes sean más dolorosos y difíciles (incluso para los hijos) pero con planificación y servicios de calidad, esto tendría otro desenlace, más acorde a tu filosofía de vida y más satisfactorio para todos.
El envejecimiento en casa permite a las personas mayores mantener un estilo de vida similar al de siempre, pero deberás plantearte considerar hacer reformas en el hogar, apoyarte de las nuevas tecnologías o de los innumerables servicios de apoyo al cuidado, así como contar con la participación y el compromiso de los miembros de la familia, o de amigos y vecinos según sea el caso, para hacer de este deseo una meta realista.
Conviene decir que por supuesto, las necesidades de cada persona varían, dependiendo de factores como la cantidad de apoyo que tiene, la salud y movilidad en general o su situación financiera y así seguir viviendo en un entorno conocido y sobre todo, con nuestras propias reglas.
Veamos algunos consejos:
- Consulta a los profesionales de los cambios que se avecinan y que serán necesarios para cumplir este objetivo. Haz partícipe a tu entorno próximo de todo aquello que te preocupe o deba mejorarse.
- Actúa con responsabilidad y calma. Evita situaciones que puedan generar conflicto o estrés. No en vano se trata de ganar calidad de vida.
- Adapta el entorno y la vivienda a tus nuevas necesidades. Encuentra las personas o las empresas que te ayuden a hacerlo posible. La accesibilidad, las ayudas técnicas y las reformas en el aseo serán piezas claves para que esta decisión sea viable en el tiempo.
- Cuenta con los apoyos de la comunidad. En tu ayuntamiento te podrán facilitar el encuentro con algún trabajador social que te informará de las ayudas a la dependencia o contacto con entidades públicas o privadas que trabajen en prevención de la soledad o el maltrato, si se diera ese caso. Anota sus teléfonos porque seguro que te ayudarán.
- Si te lo puedes permitir valora servicios que te faciliten las tareas domésticas, aunque quizá si no fuera así, los servicios sociales de tu municipio te podrían mandar algún apoyo puntual.
- Los servicios sanitarios deberán conocer tu decisión y por ello, has de tener un contacto periódico para que conozcan tu evolución o específicos tratamientos. Este centro será la referencia de tus cuidados de salud por lo que siempre que lo necesites, te lo encontrarás con las puertas abiertas.
Considerando todo esto y con una aptitud positiva, disfrutarás de unos años buenos, tanto en cantidad como en calidad. Disfruta del presente como eso, como un regalo ya que puedes sentirte afortunado al haber materializado aquel deseo de continuar en casa. ¡Adelante!
(*) Francisco Olavarría Ramos es Gerente del Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia. Licenciado en Comunicación, gerontólogo social y activista por los derechos de las personas adultas mayores.
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