“Lo hacemos por su bien”, cuando los hijos deciden por los padres
Lo hemos oído más de una vez cuando los hijos adultos se refieren a sus mayores. Lo hacemos por su bien, pero sin contar con su opinión. ¿Será por su bien o por el nuestro?
En ocasiones, bajo una concepción negativa de la vejez, creemos que las personas mayores pierden su capacidad de decidir sobre su propia vida. “Hacerlo por su bien” implica la idea subyacente de que la persona no puede o no sabe tomar una decisión.
El empoderamiento se podría definir como el proceso por el que atribuimos a una persona capacidad y competencia a nivel personal y social. Empoderar a las personas mayores implica mayor autoconcepto, calidad de vida y nivel de autonomía.
Es importante señalar la influencia de los estereotipos negativos sobre el envejecimiento (considerar a los mayores, incapaces, dependientes, con dificultades para tomar decisiones…) que les empuja a comportarse en función de lo que se espera de ellos. Es lo que llamamos profecía autocumplida.
El hecho de vivir más y mejor ha dado lugar a un nuevo escenario familiar, en el que surgen conflictos ocasionados por la convivencia entre distintas generaciones con visiones e intereses diferentes y que ponen en peligro la armonía familiar. De entre estos conflictos podemos destacar la sobreprotección de los hijos adultos hacia los padres, colocando a éstos en una situación de indefensión que les produce inseguridad y disminuye sus habilidades personales para ejercer con autodeterminación. Además encontramos hijos adultos que vuelven a vivir a casa de los padres, hijos independientes a los que hay que ayudar económicamente, nuevas parejas por viudedad, hermanos enfrentados por el cuidado de los padres mayores, etc.
La Mediación aparece como una nueva vía de solución, una fórmula que ayuda a gestionar los conflictos fomentando la seguridad personal, elevando la autoestima y garantizando la capacidad de autodeterminación de las personas mayores. En Mediación se reconocen las emociones de los mayores y se promueven las decisiones conjuntas para favorecer el vínculo familiar, fomentando que ellos sean protagonistas de sus cambios.
La Mediación brinda un espacio de respeto para las familias que presentan desacuerdos en las diferentes formas de entender la situación, donde pueden participar todos los miembros del núcleo familiar en el proceso de negociación, y mediante la valoración de todas las opciones que se les presentan y contando con su opinión, ellos deciden que quieren hacer.
La Fundación ATYME atiende situaciones entre hijos por el cuidado de sus padres e incide en la importancia de escuchar al mayor y en cómo la mediación acerca la forma de entender la situación de cada una de las partes. “Debemos cambiar la imagen de los mayores como personas “no productivas o inservibles”, favoreciendo su empoderamiento y autonomía a la hora de tomar decisiones” (Trinidad Bernal, directora de ATYME).
Envejecer se puede volver un hecho lleno de connotaciones negativas, donde la persona mayor es vista como un individuo no activo e improductivo para la sociedad, llegando en muchos casos a la discriminación de este colectivo(edadismo).
La Mediación nos ofrece herramientas para contribuir a un planteamiento positivo del envejecimiento, transitando por caminos que resultan favorables para vivir la etapa de la vejez como un momento de oportunidades, de crecimiento personal, de bienestar y calidad de vida.
Tradicionalmente a los mayores se les veía como personas dependientes que ya no formaban parte de la sociedad, pero es obvio que no es así: participan en actividades del día a día, en asociaciones, cuidan a otras personas, hacen ejercicio, alargan su vida laboral, etc.
Porque la calidad de un país se mide por como trata a sus mayores: debemos “dar vida a los años y no solamente años a la vida”.
Si quieres saber más, si necesitas saber más, no lo dudes ponte en contacto con la Fundación ATYME .