Solución a las principales dudas al invertir
¿Iniciándote en el mundo de la inversión? Respondemos a tus principales dudas
El proceso de inversión consiste en gestionar activamente un capital para alcanzar una rentabilidad determinada, que será en todo caso directamente proporcional al riesgo asumido. El objetivo será ir un paso más allá del ahorro, que consistirá fundamentalmente en acumular capital sin incurrir en riesgos adicionales pero sin poder aspirar a una rentabilidad más allá de la ofrecida en cada momento por los activos libres de riesgo (como un depósito o una cuenta remunerada.
¿Por qué invertir?
En primer lugar, es necesario tener en cuenta que en todo proceso de ahorro es necesario batir a la inflación, pues el incremento de los precios disminuye el poder de compra de este ahorro. En entornos de inflación muy reducida como el actual es menos problemático, pero en entornos de inflación más comunes, en entornos del 2%-2,5% deberemos obtener al menos una rentabilidad equivalente para que nuestro ahorro no se vea penalizado.
Por otro lado, y sobre todo en objetivos de ahorro a largo plazo en los que se pueden asumir riesgos en las fases iniciales, el coste de oportunidad de mantener ocioso el capital es elevado. Una inversión razonablemente gestionada y sin incurrir en excesivos riesgos ofrecerá un rendimiento muy por encima de un proceso de ahorro entendido como mera acumulación de capital.
Ahorro versus inversión
Una vez diferenciado el ahorro de la inversión en cuanto a lo que consiste cada uno, podríamos entender el ahorro como un proceso de guardar dinero para objetivos a corto plazo o para afrontar posibles emergencias. Una vez cubierto este objetivo y con fondos excedentes, podría empezar a pensarse en acometer ciertas inversiones con el objetivo puesto más en el medio y largo plazo.
También hay objetivos que son prioritarios por su importancia pero que por el plazo de ahorro se convierten o se deben convertir en procesos de inversión. Es el caso, por ejemplo, del ahorro para la futura jubilación.
¿No son las inversiones algo arriesgado?
Partiendo de la base de que en el momento en que se quiera superar la tasa libre de riesgo es necesario incurrir en riesgos, sí. No es posible optar a determinadas rentabilidades sin incurrir en ningún tipo de riesgo.
El riesgo puede no obstante ser manejado (con un seguimiento periódico, un asesoramiento adecuado y una gestión activa) y tolerado (en un proceso de inversión a largo plazo, las oscilaciones de la valoración a corto plazo son irrelevantes). Esto último ocurre frecuentemente en el ahorro para la jubilación: Poco van a condicionar nuestro bienestar en la jubilación las oscilaciones de nuestro plan de pensiones cuando tenemos 30 años.
¿Son adecuadas las inversiones para mí?
Sí, si cumples requisitos como:
- No te conformas con mantener el dinero cautivo o con rentabilidades próximas a cero y buscas un rendimiento adicional.
- Puedes permitirte mantener la inversión sin disponer de ella durante un periodo largo de tiempo.
- Tienes fondos o recursos alternativos para solventar imprevistos en el corto plazo.
- Puedes asumir que en ciertos momentos del proceso de inversión la valoración de tus activos puede descender.
¿Cuánto debería invertir?
Dependerá lógicamente de tus ingresos o capital acumulado, de los objetivos que te plantees para ese capital, del plazo en que puedas permitirte no contar con esos fondos y del riesgo que puedas asumir. Nunca deberás invertir un capital destinado a cubrir primeras necesidades puesto que la evolución de la inversión será desconocida y sería posible que tuvieses que recurrir a la inversión en un momento en el que su valoración no sea positiva o incluso la liquidez de la misma esté restringida.
¿Es muy costoso invertir?
Realmente no. Las instituciones de inversión colectivas (IICs) como fondos de inversión permiten a un inversor acceder a mercados financieros y activos que adquiridos de manera individual sería muy costoso acceder. En este caso aplican lo que se denominan las economías de escala al reunir el dinero de muchos inversores y conseguir de este modo costes de gestión muy contenidos. El partícipe de un fondo de inversión tendrá su capital invertido y gestionado por profesionales a cambio de comisiones de gestión y depósito muy contendidas.
El inversor que desee invertir de manera individual en mercados internacionales u opciones más exóticas, deberá asumir costes notablemente más elevados.
¿Quiénes no deberían invertir?
- Aquellos que efectivamente no dispongan de un capital excedentario. No es prudente invertir el dinero destinado a las necesidades más primarias.
- Quienes disponiendo de dinero excedentario no tengan tolerancia alguna al riesgo y no puedan asumir que la valoración de su ahorro pueda estar puntualmente por debajo del valor de coste.
- Quienes hayan invertido con éxito y ya no lo necesiten. Por ejemplo, aquel que ha planificado correctamente su jubilación y ha asegurado un retiro holgado. Probablemente una persona en estas circunstancias, sin grandes objetivos de gasto que abordar, deba estar más enfocado en la administración y la consolidación de su ahorro (y en el disfrute de un merecido descanso) que en incurrir en riesgos buscando un rendimiento adicional.