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Pensiones   7 Ene 2019

Adiós a la soledad

Autor

Instituto BBVA de PENSIONES

La soledad es una de las situaciones que deben evitar los más mayores

La soledad es uno de los primeros sentimientos que nos asalta cuando empezamos a cumplir años, y uno de los grandes miedos, ya que nos puede producir aislamiento tanto afectivo como social. Pero no nos podemos dejar vencer por ella, tenemos que poner los medios necesarios para no aislarnos, salir de nosotros mismos y compartir actividades con otras personas. Eso hará que nos sintamos mejor, que tengamos otras inquietudes y otras ganas de afrontar el día a día.

Existen muchas alternativas para hacer frente a la soledad, tenemos que ver cuál es la más adecuada en función de nuestras capacidades. Lo más fácil es buscar alguna actividad que se haga en compañía. Podemos optar desde hacer algo de ejercicio, trabajos manuales (labores o carpintería), programas de voluntariado o clases de teatro o de pintura. Debemos buscar lo que más nos apetezca hacer, ya que si no nos gusta demasiado, lo dejaremos por pereza y nos enclaustraremos en casa.

Para las personas que tengan la movilidad limitada y no puedan salir con facilidad de su domicilio existen programas de acompañamiento en distintas ONG. Hay muchos voluntarios que dedican su tiempo a estar con los mayores. Les acompañan varias tardes por semana y les ayudan a hacer los trámites cotidianos que ya no pueden hacer ellos. Nos podemos poner en contacto con nuestro ayuntamiento para que nos diga las organizaciones de voluntarios que trabajan en este campo.

Cuando nos vamos haciendo mayores disponemos de más tiempo y esto puede ser una oportunidad para poder hacer cosas que no hemos hecho en nuestra juventud. En los centros de mayores no es raro encontrar cursos de informática. Al principio nos puede resultar dificultoso o dar pereza enfrentarnos a un ordenador, pero si nos apuntamos a un curso podremos disfrutar de las miles de ventajas que nos ofrece la Red. Por ejemplo, podemos contactar con nuestros nietos que están estudiando en el extranjero con las aplicaciones gratuitas que hay para hablar a través del ordenador.

Pero para mitigar la soledad también podemos apuntarnos a labores de voluntariado y ayudar a las personas que más lo necesitan. En este sentido, hay muchas opciones, cada vez más, de ayudar a los más necesitados. Podemos desde acompañar a personas que lo necesiten hasta dar clases de español a los inmigrantes que vienen a nuestro país. Colaborar con las instituciones dedicadas a ayudar a los demás nos puede resultar muy gratificante y nos hará olvidarnos de nosotros mismos y salir de nuestro aislamiento.

Siempre y cuando podamos, debemos intentar mantener el contacto con nuestros familiares y amigos de toda la vida, sin convertirnos en una carga, pero sin cortar lazos. Cuanto más activos estemos, más nos gustará estar con gente y desterraremos la soledad y cualquier síntoma de aislamiento o depresión.

Siempre podemos disfrutar de la compañía de los demás, para eso no hay edad. 

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