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Jóvenes   11 Jul 2019

¿Buscas un plan de pensiones? No valores solo su rentabilidad reciente

Autor

Instituto BBVA de PENSIONES

Puede tentarnos dejarnos llevar por la rentabilidad más reciente, pero hay otras variables importantes a tener en cuenta

Es cierto que, si se preguntara a partícipes de productos de ahorro para la jubilación cuál sería el criterio principal de valoración a la hora de hacer balance del mismo, sería la rentabilidad el elegido mayoritariamente.

El principal objetivo de una inversión es, en última instancia, obtener la mayor rentabilidad posible de la misma. Pero existen otros factores muy importantes a tener en cuenta a la hora de seleccionar un plan de pensiones en el que canalizar los ahorros para nuestra futura jubilación. Vamos a analizar estas variables y qué importancia deben tener en la elección de nuestro plan de pensiones.

Rentabilidad

Como hemos mencionado anteriormente, es un criterio y no secundario. En definitiva, buscamos revalorizar nuestro ahorro para, entre otras cosas, superar la inflación y que no pierda poder adquisitivo.

Algo habitualmente frecuente entre muchos ahorradores es analizar la conveniencia de un producto en base a la rentabilidad reciente. ¿Esto es acertado? No, por diversas razones.

En primer lugar, en ningún caso rentabilidades pasadas garantizan ni son indicativo de rentabilidades futuras. Esto aplica en ambos sentidos, por supuesto. Un plan de pensiones que se haya comportado bien en el pasado reciente no tiene por qué arrojar rentabilidades positivas en el futuro, ni un plan con un rendimiento pasado por debajo de lo esperado está abocado a no ofrecer un buen comportamiento en años venideros.

¿Puede la rentabilidad entonces ser un indicador a la hora de valorar un plan de pensiones? Sí, con matices. Hemos visto que la rentabilidad reciente no es una variable que nos transmita mucha información, puesto que en cortos plazos pueden intervenir muchas variables que no pongan en cuestión la gestión del plan.

Sin embargo sí es más significativa y deberemos tener más en consideración la rentabilidad a largo plazo. ¿Por qué? Porque la rentabilidad analizada en periodos de tiempo más amplios sí es mayor síntoma de consistencia y estabilidad. Un producto que arroja una rentabilidad consistente a 5 o a 10 años demuestra una buena gestión en todo tipo de coyunturas de mercado. Un análisis de la rentabilidad a largo plazo elimina posibles factores imprevistos y nos da una visión mucho menos sesgada de la gestión que se está realizando de un producto.

Además debemos tener en cuenta que el ahorro para la jubilación es durante muchos años un objetivo de largo plazo en el que debemos dar relativa importancia a los movimientos de corto plazo y valorar el comportamiento en periodos de tiempo dilatados.

En ningún caso será garantía de rentabilidades futuras, pero sí nos ofrece una visión más amplia de lo que podemos esperar del plan.

Riesgo

Una variable fundamental y ligada a la rentabilidad. No podemos hacer una lectura de la rentabilidad sin atender al riesgo que hay o ha habido implícitamente.

¿Cómo consideraríamos una rentabilidad anual del 10%? En principio parece una rentabilidad más que atractiva, especialmente en entornos de bajos tipos de interés. ¿Y si conocemos que en esa rentabilidad del 10% anual existe un riesgo implícito de perder parte del capital invertido de un 80%? Probablemente ahora la veamos con otros ojos.

Es esencial elegir un producto que se ajuste al riesgo que podemos asumir en todo momento. Un trabajador joven, con su objetivo de ahorro a varias décadas vista (la jubilación) puede asumir unos riesgos que no puede asumir una persona de 60 años a pocos años de su jubilación, puesto que ésta última no tendrá margen de maniobra para corregir desviaciones en sus objetivos de ahorro. Su objetivo fundamental será preservar el capital.

Vencimiento del producto

Una opción cada vez más popular entre ahorradores conservadores es recurrir a planes de pensiones garantizados. En algunos casos no sabremos en origen la rentabilidad que nos ofrecerá a vencimiento pero sí sabremos que en ningún caso perderemos el principal de nuestra inversión, y en otros casos sabremos de antemano la rentabilidad que el producto arrojará en fecha de vencimiento.

En ambos casos es muy importante tener en cuenta que estas garantías aplicarán única y exclusivamente en dicha fecha, por lo que debemos ajustar el vencimiento del producto a una fecha no anterior a la que sepamos que vamos a tener necesidades de capital. Lo habitual en estos casos es optar con productos con vencimiento cercano a nuestra fecha de jubilación. 

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