Se recomienda planificar cuanto antes, en el momento de entrada en el mercado laboral, siguiendo los pasos necesarios y dejando ese proceso en manos de profesionales.
Planificar la jubilación no es fácil: requiere de un alto grado de información y conocimientos, y también de tiempo.Según el análisis de Julio Fernández, profesor del IEB, hay que dar varios pasos.
El primer paso es obtener información relevante (datos objetivos y subjetivos); el segundo, realizar un análisis de la situación actual (analizando la cuenta de resultados y el balance del inversor). El paso siguiente consiste en analizar sus objetivos financieros a corto plazo, medio plazo y largo plazo. Y por último, establecer un plan financiero personal, concretando las aportaciones necesarias, las estrategias de inversión o los productos financieros.
Una vez realizado todo esto, es necesario realizar revisiones periódicas con carácter anual para comprobar el grado en el que el plan se está adaptando al cumplimiento de los objetivos y a la realidad del ahorrador.
Los pasos a dar pueden ser más o menos detallados, pero los expertos coinciden en que, en todo proceso de planificación debe haber un análisis de la situación de partida, analizar la situación a la que se quiere llegar y establecer, en función del perfil de riesgo del ahorrador o inversor, los medios o el plan de acción a implantar para lograr esos objetivos.
¿Cuándo y quién?
El consejo de los expertos es que esa planificación se haga cuanto antes, en cuanto se tengan tanto cargas familiares como financieras y, aconsejablemente, desde el momento en que se entra en el mercado laboral, aunque en esa etapa las aportaciones sean más bajas. Pero se pueden beneficiar del interés compuesto y del efecto del tiempo.
La gran diferencia entre empezar a ahorrar a los 35 y a los 55 Como son planes a medio y largo plazo, Fernández aconseja revisar las aportaciones de forma periódica en función de las necesidades o prioridades.
En lo que también hay consenso es en el quién debe realizar esa planificación: profesionales del sector capacitados, ya que los procesos son amplios y complejos y requieren un nivel de formación importante.
Y además se ha de cumplir la regulación relativa a los procesos de asesoramiento: “No olvidemos que dichos procesos deben de estar insertos en cualquier planificación financiera que se precie, y por lo tanto, deben estar sujetos a las normas que establece la regulación europea Mifid”, recuerda el profesor.