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Cómo entrar en la lista de los buenos pagadores

Autor

Instituto BBVA de PENSIONES

Ser un mal pagador de créditos o préstamos tiene en España su pena con la existencia de registros como el Asnef-Equinax de la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Créditos o el RAI. Desde el Banco de España también existe el CIRBE que aunque formalmente no es un registro de morosos sí que da información sobre personas que tienen una deuda superior a los 9.000 euros.

Acaba de abrirse la posibilidad de figurar en un registro de buenos pagadores. Su nombre técnico sería el de ficheros positivos de solvencia (frente al negativo de los morosos) y que ya es posible en España gracias a la nueva Ley Hipotecaria que entró en vigor a mediados del pasado mes de junio. También se denominan estos ficheros como crédito responsable y existen en Estados Unidos, Canadá, Australia, Italia y Reino Unido, entre otros.

Conocer si esta iniciativa debe partir de instituciones privadas o públicas es una de las claves, además de a quién debería facilitarse esa valiosa información. Esta última es la principal reticencia ya que la competencia podría “robarles” sus mejores clientes, los más solventes, los más serios a la hora de afrontar sus deudas.

Un informe de la OCDE destaca que los ficheros positivos permitieron reducir la morosidad en un 33% en Estados Unidos y un 43% en Canadá. Algo que no vendría nada mal a las entidades financieras y al conjunto de la economía española que sufre una tasa de morosidad cercana al 6%, dos puntos superior a la media europea.

En un reciente estudio realizado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) sobre el crédito responsable se recoge que contribuiría a aumentar el flujo de crédito anual de autónomos y pymes en unos 30.000 millones más, lo que supone un incremento del 20% sobre la situación actual. Otra de sus principales conclusiones es que en estos segmentos reduciría los impagados en 1,3 puntos. El crédito responsable ayudaría a eliminar el problema de la información asimétrica y las entidades financieras podrían afinar más a la hora de dar un crédito y ajustar mejor las primas de riesgo.

Con ello, se podría llegar a dar un crédito con un tipo de interés personalizado. Para los bancos, en una situación actual de márgenes tan estrechos en sus operaciones de activo supondría gozar de toda la información necesaria. Ahora cualquier error a la hora de conceder un crédito se paga muy caro.

El crédito responsable resulta especialmente atractivo para España porque en el tejido económico hay una fuerte presencia de autónomos y pymes lo que supone más dificultad para conocer su situación de solvencia. Situación que es más fácil averiguar en la  mediana y gran empresa. Conociendo las dos partes, tanto los ficheros negativos como los positivos se podría tener una visión más certera del deudor.

Una duda que plantea el crédito responsable es la posible exclusión financiera de aquellos que no tengan un historial crediticio como ocurre en el caso de los jóvenes. De alguna manera tienen que empezar para hacerse merecedores de una calificación positiva como pagadores de sus deudas.

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