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Salud financiera   7 Ene 2019

Economía doméstica: Cómo mantener un control de ingresos y gastos

Autor

Instituto BBVA de PENSIONES

Establecer un presupuesto es fundamental para que los gastos del día a día no se conviertan en un quebradero de cabeza

Mantener una economía doméstica equilibrada es esencial para no sufrir aprietos en el día a día, pero también para que los gastos corrientes no comprometan importantes objetivos de ahorro a medio o largo plazo, como puede ser el de planificar la jubilación. Ten en cuenta que en toda economía doméstica habrá siempre tres partidas: ingresos, gastos y ahorro. Erróneamente, tendemos a pensar que la partida de ahorro es la sobrante tras detraer los gastos a los ingresos, cuando el ahorro es tan importante como cualquier gasto presente que no sea considerado esencial. De este modo, debemos empezar a pensar en gastar el resultante de detraer el nivel de ahorro que estimemos oportuno a la partida de ingresos.

Para mantener esa tranquilidad que proporciona una economía doméstica saneada es imprescindible establecer un presupuesto con el que te asegures que no vayas a entrar en una situación de déficit y puedas también tener un cierto colchón para hacer frente a situaciones imprevistas.

Puedes llevar un control de tu presupuesto de diversas maneras: De forma tradicional, en una libreta en la que vayas realizando anotaciones, en tu ordenador, a través de una hoja de cálculo en la que además de contabilizar ingresos y gastos puedas analizar de manera más precisa la situación, o a través de alguna de las muchas aplicaciones para móvil que permiten gestionar la contabilidad doméstica.

Ingresos

Cuantifica todos los ingresos que mensualmente entran en tu hogar. Muchas personas perciben su remuneración anual en 14 pagas, es decir, en una paga por cada mes natural y dos pagas extraordinarias. Si tu economía te lo permite destina esas dos pagas directamente al ahorro. Para objetivos a medio o largo plazo o para construir un colchón para posibles imprevistos. Intenta hacer lo mismo con cualquier otro tipo de ingresos extraordinarios o de periodicidad irregular.

Ahorro

Determina qué nivel de ahorro estimas necesario como “colchón de seguridad” para hacer frente a imprevistos inmediatos. En caso de que no lo hayas completado, ahorra para ello en primera instancia. Una vez cubierta esa necesidad, plantéate ahorrar un porcentaje de tus ingresos, idealmente no inferior al 10%. Recuerda destinar una parte de ese ahorro a tu futura jubilación, preferiblemente en vehículos como planes de pensiones que, además de ofrecerte interesantes ventajas fiscales, mantendrá ese ahorro al margen de otro tipo de necesidades.

Gastos

Haz un detalle de los gastos fijos mensuales, como por ejemplo el de hipoteca o alquiler, servicios como luz, agua o gas, gastos de desplazamiento, de alimentación, etc. Por otro lado, no te olvides de los gastos con periodicidad distinta a la mensual, como por ejemplo seguro del coche o de la casa, que suelen abordarse de forma anual. Puedes ir provisionando mensualmente estos gastos para que no se hagan cuesta arriba en el momento de hacer frente a ellos.

Por último, una buena idea respecto a los gastos es segmentarlos: Por ejemplo, en “imprescindibles”, “importantes” y “prescindibles”. A la hora de tener que realizar ajustes, tendrás más fácil saber por dónde empezar. 

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