El método de ahorro infalible para la jubilación
Cómo evitar tomar decisiones de ahorro irracionales cuando planificamos nuestra jubilación
La toma de decisiones de inversión por parte de los ahorradores es un proceso de cierta complejidad en la que intervienen múltiples variables. Una importante parte de estas decisiones de inversión se basan en emociones humanas más que en factores estrictamente relacionados con la valoración real de los activos.
La psicología del comportamiento financiero (popularmente conocida por su denominación en inglés behavioural finance) hace referencia a la influencia de la psicologiÌa en el comportamiento de los agentes financieros y su efecto en el mercado. Este punto de vista se contrapone a las teorías clásicas que sostienen la existencia de un mercado eficiente, con el argumento de que los inversores no son completamente racionales.
La toma de decisiones de inversión
Muchos individuos basan sus decisiones de inversión en el potencial inmediato que creen detectar en determinados activos derivados de noticias que les van llegando, y relegan a un segundo plano factores que debieran ser más determinantes a la hora de decidirse por unos u otros activos: los indicadores fundamentales, como balance y cuenta de resultados de la empresa, proyectos futuros o entorno de mercado y regulatorio.
Estos condicionantes frecuentemente distraen al inversor y llevan a tomar decisiones irracionales que pueden sin duda tener consecuencias en los resultados de la inversión, bien en forma de rentabilidades negativas o bien dejando pasar ciertas oportunidades.Entre estos comportamientos irracionales que se deben evitar se encuentran:
- Anclaje: Otorgar excesivo peso a un dato o noticia concreta en el proceso de toma de decisiones.
- Sesgo de confirmación: Mediante esta práctica lo que hacemos es dar validez únicamente a las noticias o informaciones que respaldan nuestro sentimiento, obviando o desestimando aquellas que se oponen a nuestra creencia.
- Exceso de optimismo: Exceso de confianza en nuestra habilidad para detectar oportunidades de inversión, frecuentemente fomentada por un sesgo que fomenta recordar casos de éxito pasados y olvidar casos en los que se cometieron equivocaciones.
- Seguimiento de la manada: Es una tendencia a sumarse a la opinión o comportamiento de la mayoría.
Consejos para ahorrar para la jubilación de una forma racional
El proceso de ahorro a la jubilación es una tarea de largo o muy largo plazo en el que no deberían tener cabida movimientos o actitudes especulativas y sí una sucesión de aportaciones periódicas a través de las cuales estaremos diluyendo el riesgo y evitando este tipo de comportamientos. Esta estrategia de inversión periódica favorecerá que evitemos realizar aportaciones en momento de mercado de especial volatilidad, consiguiendo lo que se denomina un precio medio de compra.
Optar por aportaciones periódicas diluye el riesgo de precio de mercado
Esta es la razón por la que se recomienda en aportaciones a, por ejemplo, planes de pensiones, realizarlas en pequeñas cuantías mensualesen lugar de una única aportación anual.
Otra estrategia en el ahorro para la jubilación con la que se puede evitar caer en comportamientos irracionales es delegar la gestión en profesionales a través de lo que se conoce como planes de pensiones de ciclo de vida, cuyo objetivo es adaptar la gestión de la cartera de activos en los que invierte al perfil modelo del ahorrador cuya jubilación coincide o se aproxima en el tiempo al vencimiento del plan.
Así, cuando el horizonte temporal hasta la jubilación/vencimiento es dilatado, el plan apostará fundamentalmente por activos de perfil dinámico, como activos de renta variable, el busca de una rentabilidad más elevada. A medida que se aproxima el momento de la jubilación/vencimiento, el plan va automáticamente migrando hacia activos más conservadores y va otorgando prioridad a preservar el capital por encima de obtener mayores rentabilidades.
Por último, es esencial comenzar a ahorrar para la jubilación con la mayor antelación posible, idealmente desde el momento en el que nos iniciamos en el mercado laboral. Para ello deberemos luchar contra un sesgo de comportamiento conocido como descuento hiperbólico, según el cual primamos siempre las recomensas inmediatas frente a aquellas que se perciben en el futuro.