José Antonio Herce. “Ya no sirve jubilarse a los 65 años. Se debe vincular la edad de jubilación a la esperanza de vida”
En un evento organizado por Deusto Business Alumni, Herce hizo balance de la situación actual de las pensiones y de los retos que tienen por delante
Las pensiones acaparan buena parte del foco mediático, especialmente tras el cambio de gobierno y la reactivación de la Comisión del Pacto de Toledo.
El presidente del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones, José Antonio Herce, ha dejado unas interesantes pinceladas sobre su visión del presente y el futuro de las pensiones en España, en un desayuno organizado por Deusto Business Alumni.
Carlos Gorría, director de la Territorial Norte de BBVA, ha sido el encargado de introducir el evento con unos datos esclarecedores relacionados con el principal reto de las pensiones: la demografía. Vivimos cada vez más años, mientras que las tasas de fertilidad disminuyen (actualmente esta tasa en España es de 1,27 hijos por mujer, lejos de la tasa de reemplazo, de 2,1 hijos por mujer). Así, vamos a pasar de 9,4 millones de pensionistas en 2015 a 15,1 millones en 2050, según proyecciones de la Comisión Europea. En el año 2050, la esperanza de vida a los 65 años será de 27 años.
Todo esto tendrá un impacto en el sistema de pensiones, cuya primera derivada será que hay que ahorrar para la jubilación. Pero no es lo único para lo que tienen que ahorrar los trabajadores, que tendrán que hacer frente a otros objetivos, como ahorrar para la vivienda o la educación de los hijos. Compaginar todos estos retos requiere mucha disciplina y educación financiera. Además, mucha información, teniendo en cuenta que, según fuentes como el CIS, la jubilación es una de las principales preocupaciones de los españoles.
Seis retos, seis oportunidades
José Antonio Herce centra su ponencia en seis retos, que a la vez son seis oportunidades. Son los siguientes:
1. Envejecimiento – Longevidad
Herce asegura que no le gusta hablar de envejecimiento, sino de longevidad. Hoy en día, el 90% de una generación alcanza los 65 años. Cada año que pasa, vivimos 2,5 meses más. Durante el siglo XX, toda la “ganancia” de vida ha ido a la etapa activa de las personas. Por eso la productividad ha aumentado exponencialmente. Sin embargo, actualmente, esa ganancia va a años no laborales, dado que nos empeñamos en mantener la “tiranía” de los 65 años. La edad de jubilación debe estar vinculada a la esperanza de vida, y no seguir fijada en edades establecidas hace más de un siglo, cuando pocos integrantes de una generación sobrevivían a los 65 años. Ya no sirve jubilarse a los 65.
2. Sostenibilidad – Garantía de percibir una pensión
La sostenibilidad es el punto de partida de cualquier medida relacionada con el sistema de pensiones. Si no hay sostenibilidad, no hay suficiencia. Siempre se podrá contar con el 10% del PIB para pagar pensiones, pero cada vez habrá más necesidad de recursos, dado que cada vez se vive más y la edad de jubilación no se incrementa proporcionalmente.
3. Suficiencia – Ahorro previsional
La suficiencia pasa en primer lugar por hacer sostenibles las pensiones. Pero además, por hacerlas justas, es decir, proporcionales al esfuerzo contributivo, algo que actualmente no ocurre completamente. Para ello, habría que meter la lógica actuarial en el sistema de reparto, con medidas como la incorporación de sistemas de cuentas nocionales que, sin perder ese principio de solidaridad intergeneracional, haga más cercana la cuantía de la prestación a la de lo aportado.
En el reto de la suficiencia aparecen las pensiones de supervivencia, que suponen un coste de 22.000 millones de euros anuales. Es preciso preguntarse si tiene sentido la pensión de viudedad actual, en un momento en el que muchos viudos causarán una pensión de jubilación propia. Sí tuvo sentido en otros tiempos, pero ahora es momento de replantearse esta cobertura. Otros países ofrecen prestaciones temporales, de 12 o 18 meses. Por otro lado, hacer estas prestaciones no contributivas elimina el problema para las cuentas de la Seguridad Social, pero lo traslada a los Presupuestos Generales del Estado.
4. Cobertura – Cambio societal
El paradigma de esta situación es lo que sería una contingencia relativamente reciente: la dependencia. En un sistema completamente desplegado de cobertura de dependencia, el coste anual sería de 20.000 millones de euros. Será la contingencia del siglo XXI, pero apenas se cubre.
5. Responsabilidad individual – Reinventar la Seguridad Social
Los individuos deben asumir su responsabilidad personal en su propio bienestar en todas las fases de su vida. El mejor seguro de longevidad jamás inventado es la Seguridad Social y es necesario repensar su papel y adaptarlo a la realidad cambiante.
6. Robots – Sí, apostemos por los robots
Los nuevos tiempos exigen formación exigente y de calidad. Los robots son un reto enorme, pero lejos de huir de ellos, hay que “abrazarlos”.
La supuesta eliminación de puestos de trabajo por la llegada de los robots es una cuestión que genera cierta ansiedad. Prueba de ello es que distintas corrientes ideológicas coinciden en su propuesta de implementar una renta básica universal. Los robots no eliminarán trabajo, sino que lo transformarán. En cualquier caso, para el temeroso sobre los robots y el trabajo, lo recomendable es invertir en empresas que cuenten con robots. En caso de que nos quitasen en empleo, cambiaríamos rentas del trabajo por dividendos de estas empresas.