Las bondades del agua mineral
El agua mineral natural aporta minerales esenciales y oligoelementos que ayudan al organismo a satisfacer las necesidades diarias de forma saludable
El agua mineral natural procede de manantiales subterráneos que están protegidos de cualquier tipo de contaminación. Por ello, no necesitan someterse a ningún tratamiento desinfectante ni filtrado doméstico para su consumo. Se envasa tal cual se presenta en la naturaleza. Por eso, cuando se bebe un agua mineral natural se está bebiendo agua en su estado puro. Por el contrario, el agua del grifo está tratada para garantizar su consumo seguro.
El agua mineral natural aporta minerales esenciales y oligoelementos que ayudan al organismo a satisfacer las necesidades diarias de forma saludable. Sus principales funciones orgánicas son:
- Transportar nutrientes hacia el interior celular.
- Facilitar la disolución de alimentos y favorecer la digestión.
- Eliminar los productos de desecho.
- Mantener la temperatura corporal.
- Lubricar articulaciones y otros tejidos.
Además, como es una bebida sin calorías, es ideal para mantener hábitos de vida saludables. Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda beber entre 2 y 3 litros diarios de agua para mantener nuestro organismo hidratado.
Según la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasadas (Aneabe), cada agua mineral natural o de manantial es diferente y posee un sabor característico debido a su composición mineral única. Esto permite a cada consumidor elegir un tipo de agua u otra según sus gustos y necesidades.
Tipos de agua mineral
Actualmente, existen numerosas marcas de agua mineral en el mercado, cada una con sus propiedades y sabor. Por eso, es importante revisar el etiquetado y valorar el contenido de sodio, potasio, sulfatos, nitratos, zinc, calcio, magnesio, sulfato, hierro, etc.
Las legislaciones nacional y europea distinguen tres categorías de aguas envasadas:
Aguas minerales naturales
De origen subterráneo, protegidas contra los riesgos de contaminación, bacteriológicamente sanas y con una composición constante en minerales y otros componentes, lo que les confiere propiedades favorables para la salud.
Aguas de manantial
Aguas potables de origen subterráneo que emergen espontáneamente a la superficie de la tierra o se captan artificialmente. Mantienen las características naturales de pureza que permiten su consumo, previa aplicación de los mínimos tratamientos físicos requeridos para la separación de elementos materiales inestables. A diferencia de las minerales naturales, no han demostrado acción específica en el organismo humano.
Aguas preparadas
Aquellas que han sido sometidas a los tratamientos fisicoquímicos necesarios para que cumplan los mismos requisitos sanitarios que se exige a las aguas potables de consumo público. Se dividen en dos tipos:
- Potables preparadas: aquellas que procedan de un manantial o captación y han sido sometidas a tratamiento para que sean potables.
- De abastecimiento público preparadas: cuya procedencia es la red pública. Su fin es cubrir alguna insuficiencia de las aguas de consumo distribuidas por la red general.