Planifícate para ahorrar de cara a la universidad de tus hijos
Consejos para que el aterrizaje de los hijos en la universidad no se haga cuesta arriba
Existen muchos objetivos financieros que abordar a lo largo de la vida de una persona. Podríamos decir que nos pasamos buena parte de ella ahorrando, si es que hemos tenido la suerte de que nos han inculcado este beneficioso hábito desde pequeño y es de niños cuando empezamos a planificar modestos, pero no menos importantes, objetivos de ahorro en forma de libros, patines, bicicletas, etc.
En todos estos planes de ahorro, existe una premisa común, que en ocasiones supone el mayor escollo para comenzar a llevarlos a cabo: empezar a ahorrar con la mayor antelación posible, especialmente en objetivos de ahorro de vital importancia, como es el ahorro para la jubilación. Y dicho escollo radica precisamente en ser capaces de ver no solo las bondades, sino en este caso también la necesidad real, de comenzar a ahorrar con cuatro décadas de antelación, sacrificando consumo presente por un consumo muy lejano. Porque efectivamente, el mejor momento para comenzar a ahorrar para la jubilación es cuando ponemos nuestro primer pie en el mercado laboral.
Otro objetivo de ahorro que cobra cada vez más importancia es aquel destinado a la educación universitaria de nuestros hijos. En un entorno cada vez más competitivo, donde los idiomas y la experiencia internacional empiezan a pasar de ser un plus a ser una necesidad, cada vez más padres deciden planificar financieramente este hito para poder hacer frente a los gastos de la educación que desean para sus hijos.
En este caso, el planteamiento es similar al que podemos aplicar en la planificación de la jubilación: la antelación será sin duda nuestra mejor aliada, y contaremos con aproximadamente 18 años para llevarla a cabo desde el feliz momento en que nuestro hijo llega al mundo, que será el momento óptimo para comenzar a pensar en su futuro educativo.
Consejos para planificar el ahorro para la universidad
- Puede ser sin duda llamativo para unos padres que tienen que abordar los primeros pasos de sus hijos el pensar en comenzar a ahorrar para una etapa de la vida de los mismos tan lejanos. Hay que solventar primero guarderías, colegios, actividades extraescolares, etc. Sin embargo, precisamente por existir muchos gastos en esos años es por lo que conviene comenzar con mucha antelación. No se trata de destinar grandes cantidades si efectivamente nos anticipamos, sino de ser constantes apartando pequeñas cantidades. Por ejemplo, si ahorramos desde que el niño tiene un año 25 euros mensuales, al cumplimiento de los 18 años habremos acumulado aproximadamente 6.725 euros (*), suponiendo una tasa de revalorización media anual del 3%, que sin duda nos vendrán muy bien para abordar este objetivo.
- Dado que el plazo de ahorro es largo y que podemos beneficiarnos de las rentabilidades que se suelen conseguir en estos periodos, debemos invertir este dinero y no conformarnos con ahorrarlo. Siempre sin incurrir en riesgos innecesarios, trataremos de ir revalorizando el capital, con un perfil inversor decidido cuando quede un amplio horizonte temporal hasta el momento que nuestro hijo aterrice en la universidad y con un perfil inversor conservador cuando quede poco tiempo.
- Uno de los mejores vehículos para lograr los objetivos es el fondo de inversión: existen fondos de muy diversos tipos y adecuados a todas las necesidades, con distintos perfiles de riesgo, son productos en los que se pueden hacer aportaciones de manera totalmente flexible (incluso programando aportaciones periódicas como una simple domiciliación en nuestra cuenta corriente) y además permiten realizar traspasos a otros fondos sin ningún tipo de implicación fiscal. Si no disponemos del ahorro antes del objetivo, sólo tributaríamos en el momento del rescate, es decir, cuando efectivamente nuestro hijo se incorpore a la universidad.
- Un buen consejo es implicar a nuestros propios hijos en su ahorro para la universidad, de modo que comprendan las bondades del ahorro y valoren la necesidad para su futuro de poder estudiar lo que quieran. Para ello, podemos derivar parte de los regalos (cumpleaños, comunión, etc) a esta hucha de ahorro para su universidad, algo que sin duda comprenderán y agradecerán en el futuro cuando preparen el ahorro universitario para nuestros nietos.
(*) Ejemplo a título ilustrativo. La rentabilidad final de los fondos de inversión no se encuentra preestablecida y dependerá de la evolución de los activos en los que invierten.