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Salud financiera   7 Ene 2019

¿Por qué empezar a ahorrar cuanto antes?

Autor

Instituto BBVA de PENSIONES

Se consigue acumular más capital (siempre que el ahorro sea constante), el ahorro cunde más e invertir a edades más tempranas permite asumir un riesgo mayor, que en teoría ofrece también más ganancias.

Los expertos recomiendan empezar a ahorrar cuanto antes para amasar una buena cantidad de cara a la jubilación, pero ¿por qué lo hacen? ¿Cuál es la razón para que las recomendaciones de los asesores indiquen que el ahorro es más beneficioso cuanto antes empiece? La respuesta es clara: el tiempo es un buen aliado del ahorro porque puede ayudar a reducir sus costes y puede hacer que el ahorro necesario para obtener unos ingresos futuros sea menor. En resumen, el tiempo facilita el ahorro futuro. Un ejemplo: supongamos que al nacer, sus familiares depositan 1.000 euros en una cuenta de ahorro, que sus padres ponen a invertir en un producto que ofrece rentabilidades anuales del 6%. Si usted no tocara la cuenta hasta cumplir los 65, ese dinero habría crecido hasta 44.145 euros. Si usted hubiera decidido mantener el dinero en una cuenta y lo hubiera puesto a invertir a los 16 años, a los 65 tendría 17.378 euros y si hubiera comenzado a invertirlo a los 40 años, tendría solo 4.292, en un producto con idéntica rentabilidad. Esto se consigue gracias a tres ventajas de invertir con tiempo: se consigue acumular más capital (siempre que el ahorro sea constante), el ahorro cunde más gracias al poder del interés compuesto y también invertir a edades más tempranas permite asumir un riesgo mayor, lo que teóricamente suele derivar en mayores rentabilidades, siempre que se desee, contando con el colchón de invertir a largo plazo y recuperar potenciales pérdidas.

¿Cómo utilizar el tiempo a mi favor?

El tiempo se puede utilizar a favor del ahorrador por varios motivos. En primer lugar, porque para construir un capital futuro se puede elegir entre el tiempo o el dinero como componente más importante. En el caso de que los ingresos sean modestos, se puede contrarrestar este problema empezando a ahorrar antes. Cuando se es joven, se pueden ahorrar cantidades pequeñas y aun así, terminar con miles de euros. Pero, cuanto más se espera, se tiene que ahorrar más dinero para compensar el tiempo perdido y el esfuerzo que se habrá de hacer en los años más cercanos al retiro será mayor. Si se empieza a ahorrar más tarde, habrá que compensar ese retraso con dinero o buscando mayor rentabilidad que supondrá también un mayor riesgo, peligroso en algunos casos si se está cerca del momento de retiro laboral. Así, empezar a ahorrar antes permite llegar a un mismo objetivo de capital con menos dinero ahorrado, aunque las condiciones de rentabilidad sean las mismas. Y permite también asumir un riesgo modesto, si se prefiere, o buscar en los primeros años mayor rentabilidad asumiendo riesgo y reduciendo ese atrevimiento en los años más cercanos a la jubilación. En definitiva, empezar a ahorrar antes disminuye el coste del ahorro y contribuye a tener una mayor tranquilidad. Por ejemplo, una persona que hubiera comenzado a ahorrar con 30 años unos 50 euros al mes, y con una rentabilidad del 3% en esos ahorros, tendría al jubilarse más de 36.000 euros pero otro que hubiera empezado a hacerlo con 50 años, con la misma rentabilidad, apenas llegaría a 11.000 euros, tres veces menos. De tener un objetivo de ahorro cercano a los 40.000 euros, el primero lo habría conseguido, pero el segundo tendría que ahorrar mucho más que 50 euros al mes para alcanzar la cantidad deseada. O buscar productos que ofrezcan rentabilidades  mucho mayores, una decisión en algunos casos peligrosa teniendo en cuenta que solo le quedan 15 años para jubilarse y la volatilidad del mercado financiero podría jugarle malas pasadas.

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