Qué efecto tendría en mi ahorro la subida del IPC
El escenario de inflación actual es anormalmente bajo. Pero cuidado: esta situación no será eterna
La inflación es un elemento frecuentemente obviado en el ahorro y la planificación financiera, cuando en realidad tiene una importante repercusión en la consecución de nuestros objetivos financieros, especialmente en el largo plazo.
La tasa actual, en negativo
La tasa interanual de inflación es anormalmente baja en la eurozona, debido fundamentalmente al impacto que está teniendo la crisis de COVID19 y la caida forzada de la demanda.
El abaratamiento de la energia así como un menor encarecimiento de los servicios han sido varios de los elementos determinantes en el comportamiento de la inflación en los últimos meses, que ha marcado una tasa anual estimada en octubre de 2020 del -0,9% en España ( -0,4% en septiembre) frente a una media registrada en la zona euro del -0,3% (septiembre).
Es importante tener en cuenta que estos niveles de inflación son anormales, pues el objetivo del Banco Central Europeo (BCE) es mantener niveles estables de precios, definida por esta entidad como “un incremento interanual del índice armonizado de precios de consumo (IAPC) de la zona del euro inferior al 2%”.
Sin embargo, el propio BCE matiza que el objetivo es mantenerse por debajo de ese 2% pero cerca de ese valor. Niveles de inflación anormalmente reducidos suelen ser un síntoma de debilidad en la actividad económica y el consumo.
¿Qué efecto tiene la inflación en mi ahorro?
La inflación actúa como una especie de factor corrector de la rentabilidad que obtenemos en el ahorro, de modo que una rentabilidad expresada sin tener en cuenta el entorno de inflación no es realmente explicativa.
Supongamos que un ahorrador está haciendo balance de la rentabilidad obtenida a lo largo de un año natural y determina que su cartera de inversiones ha rendido a lo largo del mismo un 4%.
Por otro lado, la inflación registrada a lo largo de ese año se ha situado, por ejemplo, en el 2%, en niveles acordes con el objetivo del BCE.
Este ahorrador habrá obtenido una rentabilidad bruta del 4%, pero la rentabilidad neta descontada la inflación será del 1,96%. El rendimiento de su ahorro sigue en positivo, pero queda notablemente mermada.
¿Y cuando suba el IPC?
Los niveles actuales de inflación no lastran los resultados de nuestro ahorro. Es más, al ser negativa incrementa aún más el poder adquisitivo de nuestro capital, pues los precios descienden.
Batir a la inflación es un objetivo fundamental especialmente a largo plazo Sin embargo, este no es el escenario medio en una inversión a largo plazo ni es la situación con la que vamos a tener que lidiar con mayor frecuencia.
Actualmente, en el caso extremo de tener el dinero guardado en el colchón, no estaremos perdiendo poder adquisitivo. Incluso si se mantienen las tasas negativas, podremos comprar más cosas cuando retiremos el dinero del colchón.
No obstante, cuando la inflación vuelva a tasas normales (pensemos una vez más en el objetivo del BCE) en ningún caso la inactividad del ahorro será una opción. Un año con el dinero en el colchón en inflaciones normales significará que habremos perdido aproximadamente el 2% de la capacidad adquisitiva del ahorro. En un periodo más largo de inactividad del ahorro, la pérdida puede ser muy significativa.
Ante niveles de inflación mayores tendremos que ser más activos en la gestión de nuestro ahorro y, quizá, asumir algún riesgo adicional para no perder poder adquisitivo. Tengamos que cuenta que en el escenario mencionado toda rentabilidad por debajo del 2% será como “perder dinero”.
En objetivos de ahorro a largo plazo bien planificados la inflación se suele batir holgadamente, pues durante buena parte del tiempo podremos asumir ciertos riesgos para conseguir rentabilidades adicionales que llevarán a una rentabilidad media notablemente superior a la inflación.
En objetivos de ahorro a más corto plazo tendremos que ser cautos. Batir la inflación siempre debe ser un objetivo pero en ningún caso se deberán correr riesgos innecesarios que pongan en peligro su consecución.