Mi jubilacion BBVA

Tengo entre 36 y 55 años   15 May 2019

Sé persona, no personaje

Autor

Instituto BBVA de PENSIONES

¿Te has quedado sin trabajo o estás cansado de cambiar constantemente de empleo o de profesión?

El misterio de reinventarse es un libro de Vicente de los Ríos en el que nos deja las claves necesarias para la reinvención de uno mismo en el ámbito laboral.

Con este libro optimista el autor pretende ayudar a los profesionales a que entiendan que deben ser los protagonistas de su propio desarrollo y, para ello, nos deja una serie de diez principios para reinventarnos y poder ser dueños de nuestro futuro profesional.

En este manual, cuyos beneficios serán destinados a Cáritas, Vicente de los Ríos nos allana el camino hacia la adaptación de una era tan cambiante y cada vez más digitalizada como en la que vivimos.

En este artículo hablaremos del cuarto de los principios el libro, Sé persona, no personaje.

Sé persona, no personaje

“Cuando el hombre se mira mucho a sí mismo, llega a no saber cuál es su cara y cuál es su careta” – Pío Baroja.

El autor comienza el capítulo contando cómo al poner fin en su etapa en Telefónica, se apuntó a un congreso en Madrid de Mobile Commerce. Al llevar poco tiempo fuera de la empresa y no tener claro qué camino iba a seguir, cuando se registró no sabía qué poner en el apartado de empresa.

Cuando llegó el día del evento, en acreditaciones le preguntaron por el nombre de la empresa para poder identificarlo, pero Vicente de los Ríos no sabía qué había puesto en el registro.Al final, después de una búsqueda sin éxito, la responsable tuvo que darle un papel en blanco con su nombre a modo de tarjeta identificativa.

Con esta anécdota el autor pretende que nos demos cuenta de cómo el mundo está organizado sobre la premisa de que una persona trabaja en una empresa u organismo y que ocupa un puesto en esa organización. Si no tienes una empresa que te ampare, es más difícil explicar quién eres.

En nuestra vida profesional, todos representamos en mayor o menor medida a un personaje, que está formado por diferentes aspectos: los valores que defiende nuestra empresa, nuestra responsabilidad, el nivel de cargo, la función que realizamos…Todo define a nuestro personaje.

Es parte del juego de participar en el mundo corporativo o funcionarial. Y muchas veces es muy difícil tener personalidad suficiente para que el personaje no se coma a la persona que llevas dentro.

Si a esto añadimos una rotación profesional baja, pasando mucho tiempo en la misma función o cargo, el problema se agrava porque literalmente “echas raíces en el puesto”. Y, si este puesto encima es un cargo elevado, con un buen despacho, colaboradores a tu cargo…es difícil no dejarse llevar por el personaje.

El ser humano se acostumbra muy rápido a la bueno pero le cuesta mucho más acostumbrarse a perderlo.

A lo largo de nuestra vida laboral nos hemos ido cruzando con personas aparentemente normales y agradables que se han ido convirtiendo en personajes a medida que iban promocionando en la empresa: despreciando a sus amigos, perdiendo sus valores, arruinando su vida y las de sus colaboradores y familias.

Muchas veces esta reacción es fruto de inseguridad. El autor defiende que no hay nada que duela más que ver cómo una persona ejerce mal el poder que le concede un puesto, y en vez de cumplir con sus responsabilidades y servir a los demás y a su empresa desde esa posición privilegiada, lo utiliza en beneficio propio y dando mal ejemplo.

Todos acabamos en mayor o menor medida representando un personaje en nuestra vida profesional. La propia definición del perfil de tu puesto ya es en sí una primera definición de tu personaje, al que tú le das un toque personal, dentro del contexto en el que se ejerce tu responsabilidad.

El mayor problema de todo esto es que llegue el día en el que ese personaje te acabe llevando a una situación fuera de la realidad y creerte algo que no eres. Esto es el principal hándicap en tu desarrollo profesional ya que puede desfavorecerte a la hora de asumir retos o, en caso de pérdida del puesto, te deje un gran vacío. El mayor de los problemas es que vives una vida que no es la tuya.

¿Cómo saber separar persona y personaje?

La mejor manera de hacerlo es intentando modelar tu personaje con una parte importante de tus valores personales. Esto implica muchas cosas, empezando por los puestos que debes asumir o no. ¿Aceptarías trabajar en una posición o en un puesto de trabajo que supusiese una renuncia a tus valores? Muchas veces pensamos “puede tener algún inconveniente, pero soy capaz de cambiarlo para que se adapte a mis valores”. Es muy fácil engañarse en estos casos y luego saber controlar la situación.

Los profesionales que saben separar bien ambos papeles tienen una gran capacidad de liderazgo. Han sabido adaptar su personaje a su persona y, seguramente gran parte de su éxito profesional venga de ahí.

Han sabido cumplir muchos de los otros 4 principios previos:

  • han sido capaces de liderar su desarrollo
  •  han hecho del aprendizaje una fuente de crecimiento,
  • han generado importantes relaciones humanas
  • su liderazgo ha desarrollado un gran espíritu de servicio. (Como veremos en el siguiente principio)

Muchas veces no somos conscientes de lo importantes que son el equilibrio y la armonía en la vida profesional. Saber cómo adaptarte a un puesto o empresa y el integrarte con armonía a un equipo es fundamental.

Tus valores son los que te van a facilitar ese equilibrio y por eso es importante que los puedas mantener a lo largo del tiempo.

 No hay cosa más gratificante que poder salir de una empresa en la que has permanecido mucho tiempo y pensar que has podido mantener esos valores.

Conoce los otros 9 principios que Vicente de los Ríos considera esenciales para la reinvención de uno mismo.

Suscripción a Newsletter