No hay una cifra ni fórmula válida para todo el mundo: en función de las circunstancias, los objetivos, el tiempo o la tolerancia al riesgo que tenga cada uno, el asesor debe determinar la forma más sencilla de alcanzar los objetivos.
En general, no hay una cifra válida de ahorro para todo el mundo de cara a la jubilación, sino que han de considerarse los objetivos que se pretenden lograr en un plazo de tiempo determinado, la cuantía de la prestación pública recibida, y la situación de cada uno.
Muchos expertos hablan de un ahorro que estaría en torno al 10% de los ingresos y recomiendan que, cada vez que una persona reciba un aumento de sueldo, reajuste esa cantidad para que siga manteniéndose ese porcentaje. Los asesores recomiendan que ése sea el mínimo ahorro para caminar en la dirección correcta, y si se puede aumentar, mucho mejor.
Pero, en todo caso, todo depende de las circunstancias de cada uno; de ahí la importancia de una correcta planificación financiera.“Lo realmente importante es la descobertura que tendré a la hora de jubilarme. Una vez calculada la misma tendré que poner en cifras, en función de los gastos que voy a tener en el momento de la jubilación, el capital neto mensual que necesitaré para poder mantener el nivel de vida”, explica Julio Fernández, profesor del IEB.
Pongamos el caso de un trabajador que cobra 1.500 euros en el momento de su jubilación. Algunos expertos hablan de que se puede vivir con un 70% de los ingresos que se percibían antes, y creen que en algunos casos puede ser una cantidad suficiente para hacer frente a los gastos de la jubilación. Con esa base, se hacen algunos cálculos:
1. La cantidad necesaria para vivir cada año: 1.050 euros al mes, por 12 meses: 12.600 euros netos
2. La pensión anual de la Seguridad Social: 750 euros al mes, por 12: 9.000 euros
3. El complemento necesario anual: 12.600 menos 9.000: 3.600 euros
4. La cantidad necesaria de ahorro, considerando una esperanza de vida de 85 años: 3.600 por 20: 72.000euros
Pongamos entonces que se necesitan 72.000 euros para tener unos ingresos mensuales de por vida suficientes para hacer frente a casi cualquier tipo de gasto que se presente. La cantidad de ahorro dependerá del momento en el que se empiece a acumularlo y el tiempo que tenga hasta entonces.Por ejemplo, si tengo 45 años de edad, y dos décadas de ahorro por delante, tendré que ahorrar 3.600 euros cada año para lograrlo. Si tengo 25, me bastará al año 1.800 euros, es decir, la mitad.
Para llegar al objetivo final puedo jugar con el tiempo pero también con la rentabilidad que me ofrezcan las inversiones, de forma que la cantidad necesaria a ahorrar sea menor, pues estos cálculos parten de una acumulación del ahorro con tipos al 0%.
Por tanto, no se puede entender el cuánto ahorrar sin el cómo. En primer lugar, es necesario realizar una planificación financiera que aclare la situación financiera de una persona y sus objetivos de cara a la jubilación. En función de su capacidad de ahorro, sus objetivos, el tiempo que se tenga y su perfil de tolerancia al riesgo, el asesor debe planificar la forma de llegar a la meta con los menores esfuerzos posibles.
De ahí la importancia de contar con un buen planificador, sobre todo en un momento económico en el que los menores ingresos están mermando la capacidad de ahorro de los ciudadanos. Porque esa menor capacidad se puede suplir con más tiempo y una rentabilidad mayor de las inversiones.
Además de un ahorro de cara a la jubilación, los expertos recomiendan tener también un pequeño capital destinado a cubrir imprevistos, para que, en caso de producirse, no pongan en riesgo la capacidad de llegar en una posición cómoda a la jubilación.