La salud de las personas mayores en España
Ya bien entrado el siglo XX y fundamentalmente a comienzos del siglo XXI, a las mejoras en la higiene y en la alimentación de la población, se sumaron mejoras en sus condiciones de vida, muchas de ellas propiciadas por el desarrollo del Estado del Bienestar, incluyendo el desarrollo del conocimiento biomédico y la prestación sanitaria generalizada. Estos factores han ocasionado cambios en los patrones de evolución de la salud en la población general, y más concretamente, en la población mayor. Es en este contexto, donde conviene analizar los principales indicadores objetivos que ayudarán al lector a tener una panorámica amplia sobre el estado de salud actual de nuestros mayores. El primer indicador objetivo y epidemiológico que puede ayudar a mostrar esta tendencia de cambio en la salud de la población de edad avanzada es la esperanza de vida al nacer. Quizás al lector le sorprenda saber que, a comienzos del siglo XX, la esperanza de vida de la población no superaba los 35 años de edad. En torno a 1970, la población vivía en media unos 70 años, y en la actualidad, esa cifra se sitúa en los 83,4 años de edad (80,5 en varones y 85,9 en mujeres). De hecho, durante el periodo comprendido entre 2012 y 2017, los españoles ganaron de media 16 meses más de vida. Este incremento en la esperanza de vida al nacer ha llevado a un aumento progresivo del peso demográfico de las personas mayores en nuestro país, donde actualmente en torno al 19% de la población tiene 65 o más años de edad (de los cuales, más del 30% tienen 80 o más años), y se espera que para el año 2050, el 30% de la población tenga más de 65 años de edad (de los cuales, más del 40% tendrán 80 o más años). Además, un dato que nos ayuda a entender mejor la evolución de la esperanza de vida es el referente a la población que supera la barrera de los 100 año. A fecha de 1 de enero de 2020 en España había 12.551 personas de 100 años y más, respecto a 3.021 personas que había en 1981.Otro indicador objetivo a considerar es la esperanza de vida a los 65 años de edad. Dicho índice revela los años de vida que, en términos medios, se espera vivir una vez superados los 65 años de edad. Pues bien, hace medio siglo, en torno a 1970, las personas mayores de 65 años vivían en media unos 15 años más, mientras que en 2017 dicha cifra se situaba en 23,4 años para el caso de las mujeres y 19,3 años para el caso de los varones. Adicionalmente, no solo importa cuánto vivimos sino cómo lo hacemos y en qué condiciones. Es decir, ¿cómo de saludables son esos 23,4 años de vida para las mujeres (19,3 años para el caso de los hombres) que se espera que vivan nuestros mayores de 65 años? Pues bien, el número de años de vida saludables, (esto eso, años de vida con buen estado de salud) que esperan vivir las personas que han superado los 65 años de edad es de 12,3 años para el caso de las mujeres. Es decir, el 53% de los años que esperan vivir las mujeres mayores de 65 años serán años en buena salud, mientras que el restante 47% (11,1 años) serán años en los que tendrán ciertas limitaciones en su autonomía. Por su parte, los varones, una vez alcanzada la edad de 65, vivirán, en términos medios, 12,3 años con buena salud (igual que las mujeres) y 7 años con ciertas limitaciones en su autonomía, esto es, un 64% de los años que esperan vivir tras haber cumplido los 65 años de edad, serán años con una buena salud. De estas cifras observamos cómo en términos relativos, los varones viven más años en buena salud respecto a las mujeres una vez que pasan la barrera de los 65 años de edad.Una mayor esperanza de vida, tanto al nacer como a los 65 años de edad, son algunos de los elementos que ayudan a explicar una tendencia creciente en la prevalencia de determinadas enfermedades crónicas entre la población mayor. Por ello, otro indicador interesante a analizar es el relacionado con la morbilidad, es decir, el número e intensidad de las enfermedades o problemas de salud crónicos que padece la población adulta. En España, más del 65% de la población mayor convive con dos o más enfermedades crónicas, siendo la media de cuatro patologías por persona. Las más comunes suelen ser las de carácter neurodegenerativo como Parkinson, Alzheimer o demencia. En este sentido, según la encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Dependencia que realizó el Instituto Nacional de Estadística, el 7,3% de la población mayor de 65 años de edad padece Alzheimer en España (10,3% en el caso de la población de 80 y más años). Del mismo modo, el 5,7% de la población mayor padece algún tipo de demencia (9,1% en el caso de la población mayor de 80 años); cifras de prevalencia muy similares muestra la enfermedad de Parkinson, con un 5% de la población mayor de 65 años (6,1% en el caso de la población de 80 y más). Por otro lado, las enfermedades del aparato circulatorio (como la hipertensión), las de tipo respiratorio como el asma o la hipertensión pulmonar, y las de carácter osteoarticular como la lumbalgia y la osteoporosis, también son bastante frecuentes entre la población mayor. Así, la Encuesta Nacional de Salud que realiza también el Instituto Nacional de Estadística sostiene que el 56% de la población mayor de 65 años ha padecido alguna vez hipertensión (el 60,7% en el caso de la población de 80 y más años). Del mismo modo, el 22,4% de la población mayor de 65 años de edad tiene diabetes, 20% alguna enfermedad mental, el 10,4% enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el 10,4% tumores malignos, un 5,5% ha padecido alguna vez un infarto de miocardio y el 5,4% un ictus. Esta elevada prevalencia de determinadas enfermedades y problemas de salud crónicos, conlleva a que un alto porcentaje de la población mayor se encuentre en situación de discapacidad. Así, un último indicador objetivo sobre la salud de la población mayor que conviene mencionar se refiere a este concepto de discapacidad. Según los datos de la OCDE, en España el 40,9% de la población mayor de 65 años de edad tiene alguna limitación para desarrollar las actividades diarias. Es más, el 30,8% de los mayores españoles afirma tener alguna limitación para desarrollar las actividades diarias y el 10,1% sostiene que tiene limitaciones severas para realizar dichas actividades. En definitiva, los cambios en los patrones sobre la salud de la población mayor nos indican que estas personas viven más años que hace cinco décadas, especialmente las mujeres, que los varones disfrutan de más tiempo en buena salud en sus últimos años de vida y que la prevalencia de ciertas enfermedades crónicas es creciente con la edad. (*) Juan Oliva, Luz Mª Peña Longobardo y Raúl de Pozo Rubio son profesores del Departamento de Análisis Económico y Finanzas de la Universidad de Castilla La Mancha. Su actividad científica está centrada en la economía y gestión de la salud, con especial interés en el impacto económico de las enfermedades, el uso de la evaluación económica aplicada a la toma de decisiones Y el análisis de los cuidados de larga duración.**) Exención de responsabilidad por opiniones de terceros Las opiniones y pareceres firmados por personas independientes dentro de este site se realizan a título personal, sin que BBVA ni cualquiera de las empresas del Grupo tengan que compartir necesariamente la totalidad o parte de las mismas.