Las amas de casa y su jubilación
Este colectivo es especialmente vulnerable por la desprotección a la que a veces se enfrenta
Las amas de casa constituyen uno de los colectivos más vulnerables, no solo a lo largo de la vida en activo, sino también a la hora de abordar la etapa de inactividad en la que otros colectivos sí cuentan con una protección esencial como es la pensión de jubilación.
Pese a efectivamente realizar una intensa e importante labor, el nivel de desprotección ante posibles contingencias es muy elevado, afectando de modo muy mayoritario a mujeres, si bien en los nuevos esquemas sociales es cada vez más habitual encontrar a hombres realizando labores domésticas. No obstante, y comparando la situación actual con la de décadas recientes, la irrupción definitiva de la mujer en el mercado laboral ha disminuido drásticamente esta desprotección.
A este respecto, las conclusiones de un estudio de Aegon de hace unos años arrojaban que más de la mitad (55%) de las mujeres españolas que viven en pareja considera que su cónyuge será “extremadamente importante” como fuente de apoyo financiero durante su jubilación. En estas circunstancias, la pérdida de un cónyuge que además es pilar fundamental a nivel financiero tiene unas consecuencias aún más importantes si cabe.
¿A qué dificultades se enfrentan las mujeres en su jubilación?
En su vida laboral, suelen percibir salarios sensiblemente inferiores, y por lo tanto cotizando por bases menores que darán lugar a pensiones de jubilación de menor cuantía. Además, su vida laboral está frecuentemente interrumpida, por ejemplo por periodos destinados al cuidado de los hijos.
Además, las mujeres disfrutan de una esperanza de vida superior a la de los hombres, por lo que deberán si cabe planificar la jubilación con más exhaustividad que los hombres, debido a que necesitarán ingresos durante más años.
Las amas de casa y su jubilación
Este colectivo no alcanza una jubilación al uso, en la que uno cesa su actividad laboral y pasa a cobrar una pensión contributiva de jubilación en virtud de los años que ha aportado cotizaciones a la Seguridad Social.
Las amas de casa son un colectivo que no contribuye a la Seguridad Social ya que no están recogidas en ningún régimen de cotización. Por tanto, no podrán solicitar una pensión contributiva de jubilación. Sí podrán, si acreditan los requisitos exigidos, entre otros de rentas familiares y situación personal, solicitar una pensión no contributiva de jubilación. Estas pensiones están destinadas a proveer de unos recursos mínimos a aquellos individuos que no han podido cotizar o lo han hecho de manera insuficiente.
Las pensiones no contributivas, no obstante, pueden ser insuficientes, pues sus cuantías mínimas están orientadas a cubrir unos gastos mínimos y esenciales. Puede ser necesario que, dentro de las posibilidades de cada persona, se vaya realizando un plan de ahorro paralelo para generar un capital que permita complementar dichas cuantías mínimas: pequeñas aportaciones a productos como fondos de inversión, cuentas de ahorro o planes de pensiones.
Una posibilidad, que además está fiscalmente incentivada, es aprovechar las ventajas que tienen los planes de pensiones a este respecto: permiten hacer aportaciones a favor del cónyuge por un máximo de 1.000 euros a partir de 1 de enero de 2021 ( hasta 31/12/2020 el importe máximo eran 2.500 euros anuales), siempre que éste obtenga rentas del trabajo o actividades económicas inferiores a los 8.000 euros anuales.